La calle Castillo recupera su imagen tradicional con una intervención público-privada
El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, y el concejal de Patrimonio, José Ramón Bello, han visitado esta mañana las obras de la calle Castillo que se han iniciado hoy, una actuación con cargo al Consorcio Cáceres Ciudad Histórica y una inversión de 40.000 euros que se alargará durante tres meses, y se va a intervenir en casi todas las fachadas donde los vecinos han querido conveniar para participar en esta iniciativa, que han sido la práctica totalidad de ellos.
Salaya ha destacado que es “una obra muy importante para este equipo de Gobierno, y fue una propuesta del concejal Teófilo Amores, que puso el foco en este espacio que tiene una arquitectura muy especial y singular”.
Es una zona que está muy degradada, ha señalado, “en la que hemos querido probar además un tipo de actuación que es relativamente novedosa, que es el concurso público-privado para conseguir que desde lo público podamos intervenir en fachadas, que es una cuestión que no nos resulta nada fácil y encuentra muchas dificultades legales, y aquí hemos encontrado una fórmula que va a ser muy positiva”.
La actuación consiste en mejorar la apariencia de las fachadas en general, limpiarlas, pintarlas, cambiar canalones, ocultar aparatos de aire acondicionado, y conseguir que mantengan un aspecto razonablemente uniforme, y que recuperen el aspecto tradicional de esta zona.
Lo que aportarán los vecinos, ha detallado el alcalde, “será el mantenimiento de una serie de elementos que se van a ir colocando, el principal son flores en las fachadas como las que se han colocado en el balcón del Ayuntamiento, lo que es atractivo para los turistas y familiar para los vecinos y vecinas, y ellos se van a encargar de su mantenimiento”.
Es una intervención meramente estética, “pero que quiere ir mucho más allá es una intervención de rehabilitación urbana, que se ha diseñado y hecho con la participación de la mayoría del vecindario, y lo que pretende es recuperar estéticamente esa zona”.
“Este es el primer paso de una intervención que irá mucho más allá, en cuanto a la organización de actividades y la creación de un tejido vecinal, y también porque queremos que haya otra fase y esperamos que en 2022 podamos intervenir también en el suelo, y buscar una fórmula que la haga más accesible teniendo en cuenta todas sus dificultades actuales”, ha concluido Salaya.