El Ayuntamiento reconoce el trabajo de Silvia Soriano, directora de la Oficina para la Igualdad de la Universidad de Extremadura, con el Premio Homenaje Mujer 8M
El Ayuntamiento de Cáceres ha celebrado esta mañana el 8M Día Internacional de la Mujer con un acto en el Salón de Plenos, donde se ha hecho entrega del Premio Homenaje Mujer 8M que otorga el Consejo Sectorial de la Mujer a Silvia Soriano Moreno, directora de la Oficina para la Igualdad de la Universidad de Extremadura desde el año 2019. En el acto ha participado el alcalde Luis Salaya y miembros del equipo de Gobierno y la corporación municipal, autoridades civiles y militares, y del consejo sectorial.
Salaya ha destacado la importancia de que se celebre este acto “por el simbolismo de los espacios institucionales porque son los que nos permiten poner puntos de no retroceso. El feminismo ha avanzado en la calle, pero cuando algo se consolida lo suficiente ya no se puede retroceder, y esa pica la ponemos seguramente en los actos institucionales, en las leyes o el consenso político”.
“Cuando hablamos de igualdad”, ha incidido, “hablamos de lo grande y lo pequeño, y en la acción concreta desde el Ayuntamiento hemos trabajado en varios proyectos en los últimos años como el Protocolo de Violencia en Espacios de Ocio, que está dando buenos resultados, y la Mesa de Violencia de Género”.
Y también algo muy relevante, ha añadido, “creamos el Mapa de Puntos Negros, y peguntamos a las mujeres dónde había lugares en los que se sentían inseguras o por los que evitasen pasar. Hemos trabajado para ir cambiando las condiciones físicas de estos lugares, algunos ya se han llevado a cabo porque eran cuestiones sencillas y seguimos en ello. Estamos viendo que cuando se ponen las condiciones los resultados son buenos”.
Ha señalado la importancia de trabajar en el ámbito de la educación “desde los primeros escalones hasta la universidad, donde se están viendo grandes cambios en los últimos años”.
Soriano ha agradecido el premio “que recibo con orgullo porque viene de las asociaciones y colectivos del consejo sectorial” y sobre la Oficina de Igualdad ha señalado que “cuando comenzó, mi objetivo fue poner la igualdad en la Universidad de Extremadura al nivel de cualquier otra universidad pública española, porque la Universidad de Extremadura tiene una función en esta tierra poco comparable con la de absolutamente nada más, que es formar el futuro, y el futuro que queremos tiene que ser igualitario, justo, libre y democrático. Y todas estas palabras deben poder ser aplicadas a todas las personas, sin excepción. Tras estos años la igualdad en la universidad está a la altura de cualquier otra”.
“Cuando el feminismo llega a nuestras vidas, llega para quedarse, y ya nada volverá a ser igual y no podrás hacer nada en tu vida que no esté atravesado por ello. Dice la RAE que el feminismo busca la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, pero el feminismo va más allá, y si la igualdad se hace a la baja, no es la que queremos. Derechos feministas todos los días y en todas las partes del mundo”, ha señalado.
Manifiesto Consejo Sectorial de la Mujer
El acto se ha iniciado y ha concluido con la interpretación de una pieza musical por el cuarteto ‘Caccini’ compuesto por alumnado del Conservatorio Oficial de Música ‘Hermanos Berzosa’.
A continuación Pilar Fernández, voluntaria de DYA, ha leído el manifiesto elaborado por el Consejo Sectorial de la Mujer, donde se ha señalado que es indudable que España es referente en materia de igualdad, nuestro marco normativo es ejemplo para muchos países que nos reconocen la firme defensa de los derechos de las mujeres situándonos a la cabeza en el Índice Europeo de Igualdad de Género.
Este año nos convoca la necesidad de afianzar todos los avances conseguidos dejando de lado el ruido que pretenden hacer algunos sectores al sentirse amenazados en sus privilegios adquiridos en la sociedad machista con unos valores donde el papel de la mujer en general y a lo largo de la historia ha sido ignorado e infravalorado.
“No debemos olvidar los colectivos vulnerables donde las mujeres se encuentran en situaciones de discriminación múltiple y, en este sentido tenemos en cuenta a las mujeres del mundo rural y su papel fundamental en el desarrollo de actuaciones relacionadas con la lucha contra la despoblación y el reto demográfico. Este año, también tenemos que tener una mirada de sororidad hacia aquellas mujeres que viven en zonas de conflicto sufriendo las consecuencias de la guerra siendo dobles víctimas de esa terrible situación”.
En el aspecto laboral, viendo los datos de los diferentes indicadores, las condiciones de trabajo de las mujeres son peores que las de los hombres, teniendo poca presencia en determinados sectores profesionales y en cargos de dirección empresarial.
Hasta hace unos años el pensamiento generalizado era que la violencia contra las mujeres era consecuencia de actitudes individuales y del ámbito privado. Gracias a los avances conquistados y a la mayor visibilización y sensibilidad por parte de la sociedad se ha conseguido situarla en el centro de las preocupaciones, con categoría de problema social, con la obligación de dar respuesta inmediata desde los poderes públicos. Las violencias de género constituyen la cara más oscura de la desigualdad.
Desde el ámbito local se debe seguir con el compromiso de construir una sociedad igualitaria, que garantice los derechos de todas las personas, así como la participación activa en la vida local. Estos compromisos se deben plasmar en el diseño y gestión de unas políticas locales que conviertan a nuestras sociedades en motores de transformación.
Por todo ello se propone: intensificar los esfuerzos en el desarrollo de políticas encaminadas a fomentar el empleo, el empoderamiento y la educación para la igualdad de oportunidades; e Incorporar la perspectiva de género en toda la actividad local y establecer una coordinación adecuada entre las diversas áreas de los gobiernos locales. Actualizar los sistemas y protocolos de actuación en el desarrollo de las políticas de igualdad en coordinación con todas las entidades implicadas.
Asimismo plantear sistemas de recopilación de datos desagregados para comprender y abordar las desigualdades de género para que, de su análisis, podamos ofrecer una respuesta apropiada y eficaz; y ampliar el sistema de atención a las víctimas de todas las formas de violencia machista contra las mujeres en el marco de nuestras competencias, avanzando en la mejora de los sistemas de detección temprana, situando en el centro de todas las medidas los derechos de las víctimas y su empoderamiento, y atendiendo al reconocimiento al derecho de reparación de las víctimas.