La concejalía de Cultura expone, dentro del programa ‘Documentos del mes’, un acuerdo de 1837 para bajar a la Virgen de la Montaña por la sequía
La concejalía de Cultura expone, dentro del programa ‘Documentos del mes’, un acuerdo de 1837 para bajar a la Virgen de la Montaña por la sequía
Dedicado al centenario de la coronación de la patrona de Cáceres
La concejalía de Cultura expone durante el mes de octubre en el Palacio de la Isla, dentro de su programa de difusión ‘Documentos del mes’, el acuerdo de 4 de mayo de 1837 para bajar a la Parroquia de Santa María a la Virgen de la Montaña por la sequedad de los campos.
Con motivo del centenario de la coronación de la patrona de Cáceres, la Virgen de la Montaña, el documento expuesto durante el mes de octubre de 2024, en la Fototeca del Archivo Histórico Municipal de Cáceres, está dedicado a esta celebración que tiene mucho que ver con la religiosidad popular en la ciudad, desde hace siglos.
En 1837, en Cáceres, al igual que en otras ciudades de España, se estaba experimentando una sequía significativa en los campos, lo que perjudicaba gravemente las cosechas. En este caso particular se desea sacar de su ermita a la Virgen de la Montaña, la patrona de la capital, con el objetivo de remediar los males que se derivan de la sequía en una ciudad donde la agricultura era la principal base económica y la más importante fuente de subsistencia del vecindario.
Ésta no fue la primera vez que la imagen procesionó por las calles de Cáceres para mitigar la sequía, sino que se tomó esta medida en varias ocasiones, siendo la primera registrada en el año 1642, cuando España se enfrentaba a conflictos bélicos significativos y Extremadura presentaba unas tierras muy áridas debido a las escasas precipitaciones. En respuesta, la villa de Cáceres decidió organizar una procesión pública con la imagen de la Virgen de la Montaña, considerando que su intervención podría traer alivio.
En este documento se refleja cómo, durante períodos de sequía prolongada, era frecuente recurrir a ceremonias religiosas como sacar a los santos en procesiones, con la esperanza de hacer cambiar la voluntad de Dios, y provocar la lluvia. La salida de las imágenes sagradas para propiciar los diluvios era una ceremonia organizada por las autoridades civiles y religiosas, en la que se llevaban las representaciones de los santos patronos de la localidad en procesión por las calles, mientras la comunidad rezaba y realizaba actos de devoción.